20 mil niñas trabajan como domésticas
16/01/12 - Honduras
Las niñas que laboran como empleadas domésticas en casas particulares trabajan a veces de 5:00 de la mañana a 9:00 de la noche.
TEGUCIGALPA.- En Honduras hay un mundo invisible donde se trabaja de 16 a 20 horas diarias, no se firman contratos de trabajo, ni existe el salario mínimo. En esta dimensión laboral están atrapadas unas 20 mil niñas que, según datos de Casa Alianza, se ganan la vida como empleadas domésticas en casas particulares.
“Cuando llegué me llevaron a un cuartito donde había un montón de cosas viejas, juguetes, cajas, libros, y la patrona me dijo: ‘aquí vas a dormir’. Al rato vi que a la par de mi cama había una canasta con una almohada… Ahí también dormía el perro”, cuenta Shirley, de 15 años. Su respiración se escucha en el teléfono, también el llanto de un bebé y el ladrido de un perro. Está sola en una vivienda capitalina en la que trabaja como empleada doméstica. “Al plato para que yo coma le pusieron una seña con marcador y la patrona me quedó viendo bien feo una vez que me senté en los sillones de la sala”, relata Shirley, en voz baja, temiendo que su jefa pueda llegar de un momento a otro.
Lavar y planchar ropa, cocinar, barrer y trapear pisos, asear inodoros, cuidar niños, ancianos o discapacitados, bañar perros, hacer compras y cargar bolsas son solo algunas de las innumerables tareas que a diario hace Shirley.
Igual les ocurre a miles de sus colegas adolescentes, de 13 a 15 años, cuyo salario promedio oscila entre los 700 y 1,500 lempiras mensuales.
UN TRABAJO ILEGAL
El director de la Organización No Gubernamental de apoyo a la niñez en riesgo social, Casa Alianza, Manuel Capellín, manifiesta que estas chicas “trabajan sin un contrato, sin un seguro y en condiciones precarias; son las que se levantan primero para preparar comida y son las últimas que se acuestan a dormir. No van a la escuela”.
Las adolescentes provienen por lo general de zonas rurales de los departamentos de El Paraíso, Intibucá, Lempira, Olancho, Choluteca y Francisco Morazán.
“Lo que ganan estas niñas son salarios inferiores a los 2,000 lempiras, menos de una tercera parte del salario mínimo, pero la justificación que dan los patronos es que también les dan casa y comida”.
Una investigación realizada por Casa Alianza y el proyecto Reyes Irene Valenzuela revela que las muchachas en oficios domésticos trabajan de 5:00 de la mañana a 9:00 de la noche, de lunes a sábado.
“La mayoría de estas menores tiene de 12 a 17 años. En la investigación de campo que hicimos, vimos que los salarios que se dan a estas niñas y al resto de los niños trabajadores son inadecuados”, lamenta Capellín. “No hay contratos, ni una tabla que regule sus salarios y que especifique qué porcentaje del salario mínimo les corresponde, ya que este trabajo es ilegal, está prohibido en Honduras”, agrega el entrevistado.
CIPOTAS POBRES
El documento “El trabajo infantil en Honduras”, publicado por Casa Alianza y el proyecto Reyes Irene Valenzuela de la organización Kinder Not Hilfe (KNH), en octubre del 2011, indica que la mayoría de empleadas domésticas comienza a trabajar desde los 12 años, por lo que abandonan sus estudios para atender los oficios caseros.
Las adolescentes provienen por lo general de zonas rurales de los departamentos de El Paraíso, Intibucá, Lempira, Olancho, Choluteca y Francisco Morazán.
En el caso de las capitalinas, son adolescentes que viven en las colonias más pobres de la ciudad como Nueva Suyapa, Los Pinos, Villanueva, Mary Flores y El Carrizal.
El salario de las adolescentes de 13 a 15 años oscila entre los 700 y 1,500 lempiras mensuales.
“Es muy común escuchar que las madres de la ciudad hagan este tipo de comentario: “a ver si consigo una cipota para que me ayude con los niños” y hay familias que dicen: “llévese a la niña para que trabaje con usted”, expresa el director de Casa Alianza. “Las principales quejas de las menores en cuanto a su trabajo se centran en las largas jornadas de trabajo que desarrollan, los bajos salarios que reciben y el hecho de no poder parar de trabajar cuando se enferman. Se sienten incomprendidas, solas y con la creencia de estar perdiendo la oportunidad para formarse y estudiar”, señala el informe de Casa Alianza y KNH. El abuso sexual, físico y sobrecarga de trabajo son algunos de los flagelos que a veces se cometen en contra de estas pequeñas, apunta Capellín, quien a su vez enfatiza en que no se puede generalizar, ya que hay hogares donde se les respetan sus derechos y se les apoya para que continúen sus estudios. “Hemos tenido casos de niñas que han sido violadas por miembros de la familia para la que trabajan. Las leyes en el país son muy claras, se necesita un permiso de los padres y uno de la Secretaría de Trabajo para que los niños puedan trabajar”, enfatiza Capellín.
PERMISOS DE TRABAJO
El artículo 6 del Reglamento sobre Trabajo Infantil en Honduras señala que “tienen capacidad para celebrar el contrato individual de trabajo las personas que hayan cumplido catorce (14) años de edad, con la autorización de la Secretaría de Estado en los Despachos de Trabajo y Seguridad Social”. El año pasado, en los meses de noviembre y diciembre, 415 menores de edad acudieron a la Secretaría para solicitar un permiso de trabajo, de los cuales solamente 50 se incorporaron al mercado laboral, gozando de todos sus derechos.
Manuel Capellín
Sin embargo, hay áreas en las que se prohíbe emplear a niños como por ejemplo el transporte, la construcción, en las coheterías, moluscos y el campo doméstico, considerado una de las peores formas de trabajo infantil.
La directora de Previsión Social de la Secretaría de Trabajo, Elsa Ramírez, manifiesta que “hay muchísimas niñas del sector rural trabajando en servicios domésticos en la ciudad”.
Sin embargo, “como Secretaría tenemos limitantes porque no estamos facultados para ingresar a las casas particulares e inspeccionar las condiciones en las que laboran estas muchachas”.
Según Ramírez, “este es un trabajo esclavizador, separa a las niñas de sus padres y no les queda tiempo para estudiar”.
El Reglamento sobre Trabajo Infantil cataloga como actividades con exposición a riesgos psicosociales para personas menores de 18 años, las que implican “responsabilidad en el cuidado de personas, animales, objetos materiales y propiedades”.
También se definen como peligrosas aquellas actividades laborales en condiciones de aislamiento y/o separación de la familia o grupo habitual de relaciones, por emplearse en cualquier tipo de empresa y hogares de terceros.
Elsa Ramírez
Lamentablemente, esas condiciones de riesgo caracterizan el trabajo doméstico desempeñado por las chiquillas.
Y aunque los empleadores de estas menores podrían ser sancionados con multas de 20 mil a 25 mil lempiras, por infringir la ley, hasta la fecha resulta difícil comprobar que una niña, en efecto, ha sido contratada para labores domésticas en una vivienda.
Ramírez comenta que “obviamente, nadie va a admitir que tiene en su casa a una niña como trabajadora doméstica, si no que dirán que la niña ayuda en los quehaceres porque la están apoyando en sus estudios”.
Gracias a 20 mil niñas trabajadoras domésticas, miles de mujeres tienen tiempo para concluir sus estudios universitarios o trabajar.
Sin embargo, el valor de esta oportunidad, por lo visto, no vale más de 2,000 lempiras, que son los que se les pagan a estas niñas capaces de convertirse en barrenderas, cocineras, lavanderas, niñeras, sirvientas y conserjes.
REGLAMENTO
Reglamento sobre Trabajo Infantil en Honduras:
Artículo 6: Tienen capacidad para celebrar el contrato individual de trabajo las personas que hayan cumplido catorce (14) años de edad con la autorización de la Secretaría de Estado en los Despachos de Trabajo y Seguridad Social.
Artículo 7: La duración máxima de la jornada de trabajo de los (las) adolescentes estará sujeta a las reglas siguientes:
a.- El mayor de catorce (14) años y menor de dieciséis (16) años solo podrá realizar trabajos en jornadas que no excedan de seis (6) horas diarias; y,
b.-El mayor de dieciséis (16) años y menor de dieciocho (18) años solo podrá realizar trabajos en jornadas que no excedan de seis (6) horas diarias; y,
c.- Queda prohibido el trabajo nocturno para toda persona adolescente. No obstante, los mayores de dieciséis (16) años y menores de dieciocho (18) podrán ser autorizados para trabajar hasta las ocho (8) de la noche siempre que con ello no se afecte su asistencia regular a un centro docente ni se cause perjuicio a su salud física y moral.
Fuente: La tribuna
Para mayor información: http://www.latribuna.hn/2012/01/16/20-mil-ninas-trabajan-como-domesticas/