La ley de empleo doméstico en Brasil: derechos aún desconocidos
05/08/2013 - Brasil
En ningún otro país del mundo trabajan tantas empleadas domésticas como en Brasil. Desde abril de este año han obtenido más derechos. Sin embargo, muchas desconocen que la ley las protege.
Nunca está en las fiestas, pero sabe lo que queda de ellas: una parrilla grasienta, platos sucios, tarros de cerveza vacíos y un patio desordenado. Tras limpiar lo que ha quedado de la parrillada del fin de semana, Lucía puede por fin dejar que sus ojos se pierdan en el mar. Hoy, probablemente, no podrá regresar a casa antes de las cinco.
Cada mañana, Lucía toma el autobús a las seis y media para ir con “su familia”. Tras pasar los barrios pobres, llega a una de las calles más bonitas de toda la ciudad, justo en la playa. A las ocho, debe tener listo el desayuno y poner la mesa. Luego, se ocupa de la familia con la que trabaja desde hace ya cuatro años, tanto para ir a la escuela como el trabajo. En total: dos niños y dos adultos para los que tiene que limpiar, cocinar y lavar la ropa. Y si durante el fin de semana hubo una fiesta, su lista de quehaceres es interminable.
En realidad, esto tendría que haber terminado desde abril. Una enmienda constitucional en Brasil quiso otorgar a las trabajadoras domésticas derechos similares a los de cualquier otro empleado. Por ejemplo, remunerar las horas suplementarias de trabajo. Pero Lucía no se ha enterado. Su empleador sí. Sin embargo, no le paga a Lucía más si, por ejemplo, comienza a tender la ropa por allí de las siete de la tarde.
Desde abril, Lucía podría cobrar por cada hora extra 1,5 veces más de lo que gana. Aunque ella no quiere. “La nueva ley no cambia nada para mí”, dice. A ella le gusta estar con su familia y con aproximadamente 400 euros, al tipo de cambio, recibe mensualmente casi el doble de un salario mínimo brasileño. “Mi jefa es mi amiga. La extraño y también extraño la casa cuando no estoy allí”, cuenta.
Muchas empleadas domésticas en Brasil, como Lucía, forman parte de la familia. En ninguna otra parte del mundo hay tantas: 7,2 millones, de las cuales 93% son mujeres. Quien puede permitirse tener una, cuenta con ella varias veces a la semana. En ocasiones, las empleadas duermen en una recámara separada en casa de la familia.
Nueva abolición de la esclavitud
Para Lucía, el 3 de abril de este año fue como cualquier otro día. En cambio, Eliana Menezes lo celebró y se puso contenta: “Y todavía seguimos festejando. Con la nueva ley que ha aprobado el Senado, las trabajadoras domésticas tenemos más derechos. Hace ya más de diez años que el presidente del sindicato de trabajadoras domésticas de São Paulo, 'Sindomestica', ha luchado por eso. Las nuevas reglamentaciones deberán, por primera vez, terminar con la esclavitud. Primero, podríamos decir que ya tenemos los mismo derechos que cualquier otro trabajador”, señala Eliana. "Ahora nuestro deber es hacer que todas las empleadas domésticas conozcan estos nuevos derechos. Es una tarea difícil".
El gobierno ha abierto un centro de información para que las empleadas domésticas puedan informarse sobre su nuevos derechos. Además, el Ministerio del Trabajo ha creado un nuevo portal en Internet para que los empleadores conozcan y respeten la nueva ley.
La implementación de la ley tomará tiempo
Por supuesto, el portal está en una fase beta. Estará listo primero cuando los políticos hayan llegado a un acuerdo y eso puede llevar tiempo. Sin embargo, los políticos habían hecho gran eco de que gestionarían esto en un mes. Eso ha amortiguado el consentimiento del sindicado que a finales de junio salió a las calles para protestar y pedir que se acelerara el proceso.
Horas extras remuneradas, establecimiento de la duración máxima del trabajo en ocho horas diarias, así como un seguro de desempleo y acceso a la seguridad social fueron decretados en julio por el Senado. Ahora, la Cámara de Diputados deberá dar su acuerdo.
La ley podría tener también un efecto negativo
La ley es una primicia en la historia de Brasil. Eso explica la agitación que generó antes de que la reforma fuera aprobada: muchos economistas brasileños dijeron que propiciaría una ola de despidos. Incluso el sindicato de trabajadores comenzó una petición en línea contra la ley. Muchos brasileños se veían ellos mismos limpiando sus propias casas.
El economista y exministro del trabajo Walter Barelli piensa también que el número de trabajadores se verá reducido: “Por ley será ahora más caro contratar a alguien. Los brasileños se encuentran actualmente en un proceso de transformación. Pronto ocurrirá aquí lo mismo que en Europa o en otros lugares donde ya no hay más empleados domésticos”. Pero Eliana Menezes, miembro del sindicato, no piensa lo mismo: “El empleo doméstico pertenece a la cultura brasileña. Un ama de casa brasileña no aprende a ir al trabajo y luego a ocuparse de su casa. Ya están acostumbradas a esta comodidad”.
Aunque muchos no saben que para Lucía esto es su cotidiano: "cuando uno ya ha pasado las ocho horas del día trabajando en la casa de la familia, luego debe uno ocuparse de limpiar la suya". Entonces, comienza todo de nuevo: limpiar, cocinar, lavar la ropa. Lo único que cambia es el fondo.
Para mayor información:
http://www.dw.de/la-ley-de-empleo-dom%C3%A9stico-en-brasil-derechos-a%C3%BAn-desconocidos/a-16997862